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Hola a todos,

Creo que todos vosotros sabeis que he participado por segundo año consecutivo en el Reto Teje 3 Palabras. Y la verdad es que estoy la mar de contenta con el resultado de este año, más incluso que el del año pasado.

Haré un post aparte de este del proyecto en sí, pero quería hacer un resumen de mi experiencia de cómo llegue a la idea en sí. Lo que vais a ver es el resultado de todo lo que viene a continuación. Porque hubo previo al Gorro Numa.

Las palabras

Para quien no lo sepa, el Reto Teje 3 Palabras es un desafío de diseño de prendas de patrones de punto que surgió de la idea de tres personas: Antonio, de Beagle knits y Marta y Miguel de Merino Feroz. Este reto consistía en que ellos lanzaban unas temáticas por las que guiar las palabras que iban a salir. Este año las temáticas eran Mitología, Fenómeno atmosférico y Técnica de teñido.

Dejaban un tiempo para que la gente mandara palabras para las distintas categorías, que en un sorteo retrasmitido en directo, sacaban al azar, una de cada temática.

Mi sorpresa fue cuando salieron las tres palabras que condicionarían nuestro diseño de este año: Fauno, Relámpago y color sólido. Esas tres palabras harían que el diseño es como es.

Empezando a diseñar

En ese momento, empiezas a darle vueltas y vueltas y más vueltas a todo lo que conlleva el diseño en sí: Qué técnica quieres hacer, qué colores, qué prenda vas a hacer…

Yo tenía claro que mi técnica era punto a dos agujas. Es en la que me imagino mejor las cosas, soy capaz de visualizar un objeto en 3D con esa técnica. En ganchillo, por ejemplo, me cuesta mucho más acercarme a algo y saber cómo está hecho, o cómo conseguir aquello que quiero.

En cuanto a los colores, soy una fan incondicional de los colores tierra anaranjados y amarillentos, por lo que mi labor iba a ir por esos lares. Desde el primer momento sabía que iba a ser estos colores.

Lo que más me ha dado trabajo fue qué prenda iba a hacer. En un primer momento pensé en un jersey. ALA, QUÉ LOCA!, pensarás. Un poco sí la verdad. Tenía muchas ganas de hacer un jersey por mí misma, después de hacer varios jerseys de varias diseñadoras, me empezaba a picar la curiosidad de hacerme el mío propio.

La primera vez que hablo del Reto

Estuve documentándome muchísimo, mirando por Internet, me compré libros, en concreto el de Elisabeth Zimmerman Knitting workshop, que la verdad me ayudó bastante. También recibí un curso de la mano de Carmen García de Mora sobre construcción de jerseys. Esa mujer es brillante! Me encantó la clase, apredí muchísimo… pero no lo suficiente por lo que se ve.

Cuando la inspiración no sale

En ese momento, cuanto más me empeñaba en hacer algo, menos me salían las cosas y menos me fluían las ideas. Era algo bastante frustrante para mi, ya que quería representar algo, que sé como más o menos saldría, pero mis manos y las matemáticas no estaban conmigo. No hacía más que darme cabezazos contra el ordenador, donde tenía un excel inmenso lleno de números que luego no daban el resultado que yo pretendía.

En ese momento, en el que además me quedaba sin tiempo, tenía tres alternativas: abandonar el reto por completo, (algo que me dieron ganas varias veces); seguir insistiendo en algo que no sabía si iba a conseguir en la fecha límite, o, guardar el diseño en un cajón y empezar de nuevo.

Cambio de patrón

Esta epifanía también me vino gracias a Pilar Robles y a una conversación previa al directo de El mundo teje, donde me recomendó hacer la tercera opción. Y eso hice. La verdad es que estoy enormemente agradecida de que me empujara a comenzar de nuevo, porque yo ya daba el reto por perdido.

Y por eso, por esa conversación y gracias a las reflexiones de después, está aquí el Gorro Numa.

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