Hola a todas,
Me llamo Ana y soy una manchega a la que desde muy pequeña le interesó el mundo del tejido. El ver las agujas volando por las manos de mi madre me causó siempre fascinación.
Con mis ojos, era como ver magia, de un ovillo salía un jersey o paños de cocina o cualquier cosa que se imaginaran.
Llegué a Ravelry en 2017, donde mi fascinación se completó cuando pude ver que había diseños modernos y maravillosos, aunque llegué a él buscando lo contrario: la moda vintage.
Un año después, comencé mi canal de You Tube, del que estoy my orgullosa; y en 2020 me lancé a diseñar, plasmando y compartiendo aquellas prendas que estaban en mi cabeza.
En 2022, he conseguido ser propietaria de una tienda de lanas, por lo que, a parte de vender lana, puedo compartir los conocimientos adquiridos en todos los años que llevo tejiendo con mis clientas.
Pero esto no se creó de la noche a la mañana, sino que viene de años atrás.
Los comienzos
A mis 6 años, quería hacer magia. Pedí que me enseñaran esa magia. Mi madre me dio unas agujas rectas y un ovillo de color azul eléctrico y me puso a montar puntos. Al principio era un batiburrillo de puntos, tensos y desparejados, pero poco a poco fui cogiéndole el truco y tejí mi primera muestra.
A los 12 aprendí ganchillo, y algo de punto de cruz, aunque esto último no me gustó, me gustaba ver cómo los puntos creaban telas, iban creciendo en las agujas.
Yo crecía y el punto me divertía y me relajaba. Aunque claro, la edad hace que mi práctica variara. Los estudios y las amistades hizo que no fuera muy constante. Pero siempre tenía algo en las agujas, aunque me durara años.
Con las agujas rectas tejí varias prendas completas, y era la que se llevaba la labor a los viajes interminables en autobús con la coral con mi madre y mi hermana. En Navidad, siempre había algo de punto.
Adaptación del método
Había una cosa que no me gustaba nada del punto: las vueltas del revés y dar la vuelta a las agujas. Así que creé mi método para solucionarlo: tejer por la hebra de detrás y siempre por la misma cara de la labor.
Mi llegada al ganchillo fue un poco más accidentada. Tenía la mano escayolada cuando a alguien se le ocurrió que para rehabilitarla, el ganchillo era una buena opción. Y así aprendí, con la aguja metida entre la escayola y mi mano.
2017, el año
Fue en este año cuando conocí Ravelry. Fue buscando patrones históricos, sobre todo de los años 40 y 30. Quería unir mis dos pasiones: tejer y la recreación histórica. Al principio no me interesño mucho, no quería iniciar sesión en otra red social «ya tengo muchas» decía. Hasta que empecé a investigar: me enamoró totalmente.
También fue el año de las agujas circulares. Eran fijas, con un cable malillo y recuerdo que las rompí. Me cambiaron la vida con ese contacto. Cuando aprendí a tejer con ellas, no cambio a las rectas por nada, (aunque al principio pareciera un T-rex montando puntos)
Desde entonces mis manos no ha parado de crear cosas, y siempre con un objetivo: Crear belleza en el mundo.
Empecé a decubrir que no estaba sola, que había un grupo de personas, incluída tú, que tenía esa misma fascinación por el tejido que yo. Entendí lo que era un KAL, lana 100%, podcast… Y no he parado.
Podcaster y diseñadora
En el año 2018 decidí que no quería simplemente escuchar delante de la pantalla viendo proyectos maravillosos, YO quería también tener mi propia voz, por lo que inicié el podcast: antes conocido como Time Sewing Machine y ahora: Anaracne, lana y podcast. Ya os contaré algo más en próximas entradas de mi experiencia podcaster.
El papel de diseñadora vino más adelante, cuando me quise aventurar a hacer mis propios patrones: algo sencillo para empezar. Es cuando salió el Shirtwaist cowl. Pero no fue hasta el año pasado cuando me apunté al Reto Teje Tres Palabras, donde salió uno e mis patrones favoritos: El Chal Aqsu.
En este blog volcaré y expresaré muchas de mis facetas en relación con el tejido y con todo lo que lo rodea. También me gustaría tener aquí mis patrones, para que los tengas más a mano.
Espero verte por aquí y recuerda: