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Hace unos meses que se inició el CAL Tejer SÍ es de Abuelas. Es un reto organizado por un grupo de 4 mujeres que querían declarar a algo a voces: el punto no es tan moderno como nos hacen saber. Y lo han hecho a través de una pieza icónica del ganchillo: el Granny Square.

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El comienzo de un Granny Square

Hay algunas innovaciones con respecto al punto y al ganchillo: las fibras y materiales, las herramientas (nuestras amadas agujas circulares). Pero también algunas técnicas que antes en algunos territorios eran totalmente desconocidas hoy son compartidas por todo el ámbito del tejido internacional. Por ejemplo en España hay dos modos generales de tejer: el estilo continental y el estilo inglés. El continental ha aparecido en los últimos tiempos, mientras que el estilo inglés es el que usaban nuestras madres y abuelas para tejer.

En estos últimos años, ha resurgido el DIY, el «hecho a mano», creando la impresión de la innovación y la modernidad con colores atrevidos, Pero es eso, una impresión. Aquí hay un dicho que es el «está todo inventado», y en las labores de punto, es un poco así.

Aprender a tejer

Yo recuerdo que empecé a tejer a los 6 años, porque veía a mi madre hacer punto. De hecho, recuerdo que estaba tejiendo un jersey marrón con una lana muy fina, que hacía jaspeado. Me gustaba sentarme al lado de ella mientras hacía punto o cosía y ver como lo hacía. Y es que el punto tienen algo hipnótico, algo que he demostrado con el paso de los años.

Es ponerte a tejer delante de alguien, y esa persona va bajando poco a poco el tono y se va centrando en lo que hay entre tus manos. Se queda absorto en lo que estás haciendo y todo se queda en silencio, interrumpido por el tintineo de las agujas continuando con la labor.

Si te has iniciado en alguna labor, probablemente mi experiencia se parezca mucho a la que acabo de narrar. Te preguntan, te dan unas agujas y te ponen a montar puntos. Así es como muchas hemos empezado, con la atenta mirada de nuestras abuelas o madres detrás de cada punto que echabamos para ver si estaba bien o no.

Deshaciendo más que haciendo y por fin, sale tu primera bufanda, aunque sea para tu muñeca preferida. Pero es tuya, la has hecho tú, con tu tiempo y el amor que sólo puedes dar tú con las agujas y la lana.

El hecho a mano tiene esta fascinación y encanto, que para saber cómo está hecho tienes que descifrar el código de la labor en sí y el de la diseñadora en particular. Y poco a poco, vas tejiendo cosas más y más elaboradas, más incluso que la que tejían tus abuelas o madre, y es cuando el tejer se ha convertido en algo más para compartir con ellas, creando comunidad.

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abuelas compartiendo el arte de tejer

Y así, se van creando grupo de tejedoras que más tarde se reúnen, como en lo que ha derivado el Día de Tejer en Público, donde hay verdaderas concentraciones de tejedoras para revindicar el hecho a mano.

Tradición vs. tecnología

Muchas veces seguro que se os ha planteado esta pregunta: ¿para qué lo haces, si esto en la tienda sale más barato? Habitualmente esta pregunta y algunas más por el estilo han salido de alguien que no teje.

Pero lo que no se encuentra en la tienda es el amor y la exclusividad que hay dentro de una prenda tejida a mano. Eso no se puede comprar.

Ya sea por hobby o como profesión, estamos en un momento que las artes manuales están en boga cuando la tecnología está cada vez más avanzada. A mi modo de ver, es por la ansiedad del ser humano por crear y hacer cosas con las manos, la productividad es lo que mueve al hombre: el ser productivo de materias y cosas hace que la sociedad se vea reforzada.

En definitiva, el querer ser más creativo y hacer las cosas por tí misma es un acto de revolución del mundo que se nos ha presentado, lleno de dispositivos electrónicos, ropa procesada que sólo vale para un mes, y gente que está más pendiente de las Redes Sociales que del mundo que les rodea.

Haz que levanten la cabeza, que se queden pasmados con este arte que se ha heredado de madres a hijas y de abuelas a nietas. Saca la labor a la calle y simplemente deslumbra con tus tejidos recordando lo que te enseñaron.

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Compartiendo tejido

Espero que para ti también sea así y recuerda.

Teje y sé feliz.

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