• Autor de la entrada:
  • Categoría de la entrada:Posts
  • Comentarios de la entrada:Sin comentarios

Feliz Septiembre!

Y sí, a mi me encanta este mes. Es el mes de la calma tras la tormenta, donde vuelven poco a poco los horarios, la rutina, las cosas programadas, el saber qué vas a hacer mañana. A mi es una cosa que me gusta, saber qué es lo que viene después, los planes con fecha y hora. Lo que viene siendo a ser la rutina pura y dura, vamos.

Yo para la tienda estoy ya organizando las clases de la tienda, y mandando Whatsapp y Reels para que la gente sepa que ya he vuelto de vacaciones y cómo van a ser las clases. Yo necesito esa rutina, saber qué hay que hacer y cuándo.

Y eso también quiero que ocurra con esta página. Que la tenía bastante abandonada, pero este curso que entra procuraré escribir más a menudo en ella, para tenerla mimada y cuidada para todos vosotros. Es algo que no entraba en los planes, pero quiero continuar esta web con vosotras y proporcionaros información que os sea útil, fruto de mi marido y yo.

Dirás «qué poca gracia, no hay sorpresas en esos planes». Sí, y … NO. Lo importante para mi es saber que tengo ese plan, que he quedado con alguien a tomar un café, que tengo que hacer algún recado o que tengo que cumplir con el horario que tengo en el trabajo. Pero ¿sabes lo más emocionante? Lo que pasa dentro de esa franja de tiempo,porque puede ser que no sea lo que ibas a hacer.

Y hablando de planes y mi pareja, hay una anécdota que viene bastante al caso de lo que os contaba de los planes.

Ayer iba a tomar un café con mi marido, a una cafetería a la que vamos bastante a menudo antes de las vacaciones, por lo que nos conocen de sobra. Era una cosa que ya habíamos hablado, ya sabía que acabaríamos tomándonos un café en ese lugar. De repente, vimos que ha fachada había cambiado; antes era negra, ahora estaba blanca. Decidimos pasar igualmente, total, seguía siendo una cafetería.

Al entrar, vimos a la camarera de siempre, con una sonrisa de oreja a oreja, contándonos lo que había pasado. Había cambiado los dueños, de hecho estaba ahí. Estaba ocupado arreglando la conexión a Internet, ya que acababan de abrir y todavía tenían la configuración antigua. Se lo dije a mi marido, que es informático, por si podía ayudar. Rápidamente se puso manos a la obra, y tras un rato, ayudó al dueño a arreglar lo que le ocurría. El hombre estaba tan agradecido que nos invitó a lo que consumimos en su local; y nos fuimos tan contentos a casa, con una experiencia nueva que contar.

Eso es lo que me gusta de los planes, que hay parte de plan y el resto es… Incertidumbre.

Sé que esto no tiene mucho que ver con el punto, pero me apetecía mucho hablar de algo que a mi me parece importante para daros la bienvenida de nuevo a la web. Espero tener un resumen todos los meses contándoos algo reseñable que me haya ocurrido.

Espero que os guste mi vuelta y que este sea el primer post de muchos!

Deja una respuesta